Padre Nicasio Buitrago

Nació el 12 de mayo de 1897 en Santa Rosa de Cabal. Nieto de don Emigdio Buitrago, que fue uno de los fundadores de dicha población. Su padre, del mismo nombre, a quien todo mundo le decía don Nicasito, casó dos veces. Del primer matrimonio fue el padre José Ramón Buitrago Duran, muchos años vicario general del ilustrísimo Gregorio Nacianceno Hoyos, primer obispo de Manizales. Del segundo, con señora Orozco, vino a ser nuestro cohermano, como también Francisco, menor, asimismo sacerdote, largo tiempo párroco de Chinchiná (antes San Francisco), el cual acabó en Manizales. También, entre otros hermanos, tuvo una que entró a la comunidad de las vicentinas. Como se ve, árbol robusto el de los Buitragos, que dio no pocos retoños a la Iglesia. Primos de Nicasio, hijos de don Justo Pastor, tres sacerdotes vicentinos: uno, como su padre, Justo Pastor Buitrago, catedrático de ciencias eclesiásticas, dueño de refinado gusto que se manifestaba en los primores de la caligrafía, y Roberto y Carlos, más tres hermanas vicentinas, de las que sobrevive Sor Julia. Igualmente para el altar dos sobrinos del mismo apellido. 

Recién fundada la Apostólica, su primer rector, padre Juan Floro Bret, conoció al jovencito Nicasio al lado de su padre, a quien ayudaba en su taller de carpintero. Y observándolo listo, de prendas apreciables, le propuso entrara en su establecimiento. Vencidas algunas dificultades, principalmente pecuniarias, la llamada del Señor tuvo respuesta favorable.

El comportamiento del apostólico le mereció pronto la consagración como hijo de María. Ello fue el 19 de marzo de 1897.

En 1900, juntamente con su condiscípulo Pedro Alejandrino Puyo, vistió sotana, y partió para el Seminario Interno de nuestra Congregación en Cali. El 19 de marzo de 1902, con los votos, se consagró definitivamente a Dios.

Como por fines de 1901 se habían encaminado a Dax (Francia) los estudiantes Martín Amaya, Luis María Castillo y José Trullo, quedaron solos en calidad de escolásticos Nicasio y Puyo. Cosa que influyó en aquél: se cansó de la cabeza, y aunque tan calmado y dueño de sí, se le excitaron los nervios. Lo que agravado por otras causas, empeoró su situación. Y no pudo reponerse sino al cabo de unos años.
No concluidos sus estudios, en 1907 el personal de estudiantes y novicios se trasladó a la Apostólica de Santa Rosa.

8 de noviembre de 1908. En Ibagué, de manos del ilustrísimo Ismael Per domo, con otros dos vicentinos, su primo ya nombrado y Víctor Cabal, recibe la unción sacerdotal. Y con Justo Pastor prosigue para el seminario de Tunja, destino que la Obediencia les señala.
El natural jovial, efusivo y festivo de Nicasio, lo mismo que sus habilidades de pintor, escultor y otras, al punto le gran¬jean la estimación y cariño mayormente de los alumnos.

Declinando el 1913 pasó a la casa de Cali. Y con el padre vicentino Víctor Delsart misiona en varias poblaciones del Valle Su celo apostólico y la corrección y elegancia digna y sencilla de sus sermones le ganan los oyentes. Sépase que Nicasio nunca predicó, y predicó mucho, sin haber escrito y pulido y aprendido su discurso. Con ocasión de un solemne Triduo en Po-payán, subían al pulpito distintos oradores sagrados, escogidos. Pues uno fue Nicasio, y se llevó la palma, en decir del Maestro Guillermo Valencia.

Tras de misionar un año en la diócesis de Cali, Nicasio fue colocado en el seminario de Popayán. En 1918 se le envió a Inzá (Tierradentro). Desde entonces allí y en Nátaga se desenvolvió su ministerio apostólico hasta que en 1953 pasó a Cartago. Solamente un año volvió a enseñar, y fue en el mayor de Garzón, primera vez que la comunidad regentó el susodicho seminario (1920-1924): igualmente salió de esos lugares en 1928 para evangelizar con Juan de la Cruz Puyo en el sur del Cauca, y en 29 tornó a Belalcázar; en 38 le tocó en la Apostólica de Santa Rosa, y vuelta a su querencia; y entonces Nátaga volvió a saborear la rica miel. De allí no se despidió basta 1953 para Cartago. En 1947 le tocó solo con Marco Tulio Botero. En 48 llegó otro compañero, Juan Félix Londoño, constituido superior.

Retrocediendo, plácenos verlo cuando era obrero de la viña de Belalcázar utilizando sus disposiciones para la pintura» en el decorado de la Iglesia. Habiendo descubierto en Tierradentro una mina de yeso, fabricó estatuas, sobre todo de la Milagrosa, cuya devoción procuró inculcar. A su taller acudían niños y jovencitos a quienes gustosamente iniciaba. Con una serie de cuadros murales, que llevaba a las misiones y caseríos de los indios, lograba grabar mejor las verdades de la doctrina.

Igual en Nátaga. De cuando en cuando sale a los pueblos del Huila, muy solicitado para las predicaciones de fiestas; recorre con sus cuadros los parajes, tal como en Tierradentro; en el propio Nátaga da retiros, hace catecismos a los escolares, fabrica estatuas, pinta cuadros, dora "medallas, etc.
En sus floridas soñadoras mocedades anheló verbigracia extasiarse ante las maravillas de la mar y las inmensidades oceánicas. Su hermano, el Vicario General, gozosamente puso en sus manos dineros suficientes para viajar a la Ciudad Eterna. Posible que se haya alongado hasta los Santos Lugares. Al tornar, enriquecido con todo lo que observó como él sabía penetrar los portentos de la creación y del arte, su péñola ágil, vestida de gracia, hermana de la poesía, trazó sus remembranzas y nos deleitó con estupendas narraciones y loas. Después, cuantos soles ha pervivido cómo sonríe a la esperanza, que casi ha dado por cumplida, que otro ser de su cepa convertiría en libro primoroso el engendro acariciado. Allá, al traspasar los umbrales eternales, exclamará en la exultación que no hay sino la contemplación del Hacedor.

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